No sé cómo empezar a escribir esta vez, pero es tan necesario que lo haga. Acaba de amanecer. Observo desde mi estudio cómo empieza a iluminarse el cielo. Las aves comienzan a emitir un bálsamo que reconstruye mi alma cada mañana. El café no puede faltar, así que me quedo estática, reflexionando sobre cómo el tiempo ha pasado muy deprisa.
Tengo más años, más experiencias que me han servido de guía para continuar mi camino. Tenemos tanto que seguir aprendiendo y compartiendo. No importa la situación en la que te encuentres ni cómo estés contigo mismo: no permitas que el tiempo cambie tu carácter, ni que te haga cada vez más insensible.
Lo que recibimos del mundo no siempre suele ser bueno. En ocasiones, esos acontecimientos nos dejan sin palabras. En otras, nos ayudan a reflexionar sobre por qué tenemos que continuar, porque existe un motivo para hacerlo. Recibí una información que a un ser especial le diagnosticaron una enfermedad delicada. Esta mañana, al observar la vida, el inicio de otra oportunidad que tengo, me ayudó a escribir este blog, para dejar que estas letras lleguen hasta tu corazón y te ayuden, como a mí, a seguir valorando la vida.
Vivimos tan de prisa, quejándonos por todo, que nos estamos olvidando de vivir y disfrutar de lo hermoso de la vida: estar vivos.
Gracias por leer este blog, los amo, hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario